Porción de la Torá SHELACH – Bamidbar (Numeros) 13:1-15:41. Haftarah: Jos. 2:1-24
“Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en Mí y Yo en él, ese da mucho fruto, porque separados de Mí nada pueden hacer.” Juan 15:5
Shabbat shalom amados
No pensaba escribir sobre este tema, pero el Espíritu Santo me lo ordenó. Cuando digo “ordenó”, quiero decir que me “empujó”, pero para mí, cada estímulo del Rúaj HaKodesh (Espíritu Santo) es una orden. La mayoría de las personas se relacionan con los impulsos del Espíritu y los susurros de luz tan ligeramente que nunca pueden desarrollar una verdadera intimidad con Yeshua. Entonces se preguntan qué les está diciendo Él y por qué no saben cuál es su propósito en el Reino. Cada vez que el Espíritu Santo me incita, imprime en mi corazón o susurra en mi ser algo que decir o hacer para Él, invade mis planes, mis tiempos y mis ideas u opiniones. En otras palabras, escuchar al Espíritu Santo exige abnegación y entrega.
La intimidad con Yeshua sólo se desarrolla escuchando cuidadosamente y obedeciendo los impulsos del Espíritu Santo, y son muy sorprendentes y desafiantes.
Cuando digo “sorprendentes y desafiantes”, no quiero decir que siempre hagan sufrir, aunque a menudo sí, porque la muerte al “yo” puede venir a través del sufrimiento. También Yeshua aprendió la obediencia por las cosas que sufrió. A veces el Espíritu nos impulsa a hacer cosas agradables para nosotros mismos, como ir de compras o ir al spa, y a veces el Espíritu nos lleva a hacer cosas maravillosas para los demás. Sin embargo, ¡siempre es algo en lo que no habíamos pensado!
“Mis ovejas oyen Mi voz; Yo las conozco y me siguen.” Juan 10:27
Cuando estaba recién casada y ordenada al Ministerio, el Rúaj (Espíritu) me dio un sueño, y en ese sueño, tenía otro corte de cabello (mi cabello era largo y bastante anticuado en ese momento) y un marco mucho más moderno en mis anteojos. ¡Me sorprendí mucho cuando me desperté con la clara comprensión de que mi Abba me estaba “estilizando”! De inmediato fui a la peluquería, que me cortó el cabello con la forma exacta que vi en ese sueño. Sé que el ” cabello ” no parece ser una cosa tan importante, pero cuando lo pierdes o cuando no se ve bien, te das cuenta de que YHVH nos dio el cabello con un propósito, y qué bendición ha sido esto. El estilo de peinado que me dio el Espíritu Santo es tan fácil de mantener con buen aspecto que no he necesitado visitar la peluquería con demasiada frecuencia a pesar de mis muchos viajes de ministerio. ¡Él piensa en todo!
La intimidad con Yeshua significa que Él tiene acceso a cada área de mi vida, incluyendo el cabello.
“Ustedes son Mis amigos si hacen lo que Yo les mando.” Juan 15:14
Cada vez que ignoré una “indicación” o la desatendí por inseguridad, temor o pereza, terminé en la “zanja” o en la angustia, perdiendo algo o cometiendo errores. Siempre me arrepiento terriblemente de haber sido negligente con los impulsos de Yah.
Me he dado cuenta de que la gente ignora Sus susurros cuando es “importuno” (podría “estropear” nuestros planes por completo) o cuando parece una nimiedad o algo sin importancia. Pero cuando el Espíritu Santo nos impresiona para hacer o decir algo, nunca es “trivial”. Siempre es importante, y siempre marca una gran diferencia.
“Pero cuando Él, el Espíritu de verdad venga, los guiará a toda la verdad, porque no hablará por Su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber lo que habrá de venir.” Juan 16:13
Hace muchos años, yo estaba dirigiendo una reunión en nuestra casa en las Montañas de Jerusalén. Era una reunión profética, y yo estaba entrenando a este grupo particular de creyentes para moverse en los Dones Proféticos como se menciona en 1 Corintios 12. Se animó a todos a agitar sus espíritus orando en el Espíritu (en lenguas – véase Judas 20) para fortalecer su fe y escuchar al Espíritu Santo. Luego cada uno tenía que bendecir a su compañero designado con una Palabra Profética. ¡Todo el mundo parecía fluir maravillosamente! Pero entonces vi a una señora que no hacía nada. Le pregunté al respecto y me dijo: “¡No tengo nada que decir del Señor!” Según mi experiencia, YHVH siempre está dispuesto a hablar algo a Su Creación. De hecho, Él comienza toda la Biblia con “Elohim dijo…”
Entonces dijo Elohim: «Sea la luz». Y hubo luz. Génesis 1:3
Y desde entonces, Él está diciendo. Siempre está buscando un canal a través del cual pueda hablar. Y cuando una vez no había gente, ¡tuvo que usar una asna!
Entonces YHVH abrió la boca del asna, la cual dijo a Balaam: «¿Qué te he hecho yo que me has golpeado estas tres veces?». Números 22:28
Le dije a la hermana, seguramente tienes una palabra en tu espíritu. Ella dijo: “¡Pero no es nada; no significa nada!” Le dije: “¡Adelante, dala!” Ella miró a su compañera en este Ejercicio Profético y dijo: “¡PALOMITAS!”. Pues bien, en el momento en que su compañera escuchó la palabra “palomitas”, rompió a llorar. El Espíritu Santo le dio inmediatamente la revelación de que sus dones y sueños habían estado secos como las palomitas de maíz, pero que pronto, con el aceite caliente (¡la unción!) del Espíritu Santo, se abrirían y darían fruto. La palabra “palomitas” desencadenó en ella esta poderosa y alentadora revelación. Ahora, esta hermana está en el cielo con Yeshua. Probablemente sonríe desde la Nube de los Testigos porque esta palabra aparentemente insignificante, “palomitas”, en una reunión aparentemente sin importancia en las Montañas de Jerusalén la acompañó durante muchos años y la animó en su caminar terrenal.
Nunca, nunca desprecies NINGUNA palabra, pequeña o grande, que el Espíritu Santo te imprima.
«Pero a este miraré: Al que es humilde y contrito de espíritu, y que tiembla ante Mi palabra.” Isaías 66:2b
Por supuesto, hay otras veces en las que las palabras habladas por el Espíritu pueden hacer tremendas demandas en tu vida. Tal fue la instrucción que recibí del Espíritu Santo al comienzo de mi camino con Él. Tenía pocos meses en la fe, y el Rúaj me envió al Reino Unido. Cuando me quedé con algunos preciosos pastores allí, YHVH me visitó y cambió el curso de mi vida y las vidas de muchos miles para siempre. Yo todavía estaba muy herida por los estragos del pecado y la tragedia familiar personal. Mis dos hermosos hijos de la tierna edad de 18 meses y cinco años no estaban bajo mi custodia después de un doloroso divorcio. Tenía el corazón destrozado por mis hijos y, sin embargo, no podía tenerlos. Mientras estuve en el Reino Unido, trabajé como niñera y se me dio muy bien, pues les di a los hijos de los demás lo que yo les hubiera dado a los míos que estaban lejos de mí en Israel. El tiempo en el Reino Unido fue un tiempo de profundo discipulado y restauración personal. Nuestro sabio Elohim sabía exactamente lo que necesitaba. Entonces, un día, me sorprendió con una demanda muy poco común.
Estaba escuchando una cinta de un muy conocido Maestro de la Biblia y amante de Israel llamado Derek Prince. Él predicaba sobre el Ministerio Apostólico y sobre ser ” enviado”. Entonces hizo un llamado al altar preguntando quien estaba dispuesto a ser “Enviado” y a “Ir” por el Reino. ¡Mi corazón daba saltos de alegría! Últimamente había estado pensando que me gustaría ir a la Escuela Bíblica y servir a Yeshua a tiempo completo, pero no parecía posible. Era un sueño al que me obligaba a morir. Entonces cuando este predicador dio el llamado al altar, quise saltar y decir: ¡HINENI! (Aquí estoy) como Isaías. Sentí que el Espíritu me presionaba para que me pusiera de pie, pero mis pensamientos discutían: “¿Cómo puedo responder a tal Llamado, y qué significa todo esto? ¿Podré ver a mis hijos si soy “enviada”? Así que, en aras de algún tipo de maternidad (aunque sea una madre de visita en este momento), decidí negar los impulsos del Espíritu y no pararme ante la grabadora y la cinta de enseñanza. Me quedé sentada. Sin embargo, sentía que iba a morir. Estaba apesadumbrada. Había contristado al Espíritu Santo.
“Y no entristezcan al Espíritu Santo de Elohim, por el cual fueron sellados para el día de la redención.” Efesios 4:30
Me di cuenta de que había pecado y le rogué que me perdonara por poner la maternidad y a mis hijos por encima de Él y de Su Alto Llamado. Le rogué que me diera una segunda oportunidad. Rebobiné la cinta y volví a escuchar el llamado al altar. Esta vez me levanté rápidamente y dije: “HINENI”, ¡iré, seré enviada! En efecto, el ministerio apostólico me ha exigido todo, y a menudo no podía ver a mis hijos durante largos períodos de tiempo. ¡En una ocasión durante más de tres años! El precio fue alto, y todavía lo es, pero Yeshua es lo único que importa. Al final del día, ¡sólo la obediencia nacida de la intimidad con Él da realmente fruto! Hay miles de personas que han sido y son tocadas diariamente en todo el mundo desde que dije SÍ al Espíritu con respecto al Ministerio Apostólico. Muchos han sido salvos, sanados, liberados y discipulados, y ellos, a su vez, están bendiciendo a otros.
Cada vez que el Espíritu Santo nos dice que hagamos algo por el Rey contra viento y marea, esto dará Fruto Eterno. A veces sólo sabrás mucho más tarde o en el Cielo cuán efectivo fue tu servicio a Yeshua, pero nunca dudes de su efectividad e importancia.
Lo que se origina en Él siempre tiene éxito si somos fieles a seguir caminando en la intimidad y obedeciendo sus impulsos durante toda la vida.
“Al vencedor, al que guarda Mis obras hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones.” Apocalipsis 2:26
Aproximadamente un mes antes de mi experiencia en el Reino Unido, al otro lado del globo, en Israel, tuvo lugar la conferencia en Jerusalén, donde Derek Prince predicó este mensaje que me desafió. Un hombre apuesto de nombre Baruch Bierman que estaba presente, impulsado por el mismo Espíritu Santo, respondió al llamado de ser enviado a las naciones. ¡Aproximadamente un año después, el rabino Baruch y yo nos casamos, habiendo respondido al mismo llamado con el mismo mensaje y predicador sin saber el uno del otro! ¡Yah hace todas las cosas PERFECTAMENTE!
“Porque somos hechura Suya, creados en el Mesías Yeshua para hacer buenas obras, las cuales Elohim preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.” Efesios 2:10
Nunca es demasiado tarde para empezar. Incluso el más pequeño de los llamados hace una GRAN diferencia. No todos son llamados a ser apóstoles o a ser líderes de un ministerio. Algunos son llamados a APOYAR un Ministerio o un Ministro. Pero cada don y llamado que se origina en YHVH es urgentemente necesario para avanzar en Su Reino. Él me dio una segunda oportunidad para responder a Su llamado; ¿tal vez tú también la necesites? Si es así, preséntate hoy ante Él y pídele que te perdone por considerar tus planes, circunstancias, necesidades o seres queridos por encima de Su llamado y por darle excusas.
Después, ve y preséntate ante Él.
Responde al llamado y continúa respondiendo a medida que obedezcas incluso los más ligeros impulsos del Espíritu Santo. Tu vida y el mundo nunca serán los mismos después de que lo HAGAS.
“No apaguéis el Espíritu.” 1 Tesalonicenses 5:19
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Apóstol Dominiquae y Rabino Baruch Bierman
“Por amor de Sión no callaré”. Isaías 62:1
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Sukkot 5784
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