Rosario Macías


Quiero dar mi testimonio de las grandes cosas que hace mi ABBA para mi salvación a través de la sangre de Yeshua HaMashiach. Yeshua removió mi ceguera espiritual, y aprendí las raíces hebreas de la fe a través de la Apóstol Dominique Bierman. Hemos aprendido a conocer el verdadero evangelio de Él que viene de Sion.

Como enfermera, trataba a pacientes graves de covid en sus casas. Adonai estaba siempre conmigo. Más tarde me enfermé de covid, pero Yeshua siempre estuvo conmigo. De abril a septiembre, tres de mis hermanos y una cuñada se fueron para estar en la presencia de Adonai. Fue muy duro, y me recordó a Job, lo que pasó con su familia.

Una noche tuve un ataque de tos, me sentí muy mal y comencé a clamar a Yeshua. Entonces me acordé de mis hermanos y empecé a llorar y a llorar, ya que no había llorado ni aliviado mi dolor de pena. En cambio, quería ser fuerte, pero sentía mucho dolor en mi corazón. Esa noche, mi nieta estaba conmigo porque también dio positivo, salió de la habitación y me puse a hablar con el Padre. Le dije que tenía mucho dolor en mi corazón, y empecé a sentir paz, Su shalom, Su presencia en la habitación. Él me fortaleció y me sanó. Le doy las gracias por Su misericordia y Su amor hacia mí: me sanó el cuerpo y el corazón.

Mi vida le pertenece a Él: por Él estoy aquí, y le serviré hasta que me llame o venga por su Esposa. ¡ALELUYAH!

Levantaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi ayuda? Mi ayuda viene de YHVH, que hizo los cielos y la tierra.
Salmos 121:1-2

Rosario Macías – México